Diferencia entre amianto friable y no friable: Riesgos y métodos de retirada

Muchos propietarios descubren materiales sospechosos durante reformas, pequeños arreglos o inspecciones rutinarias y no saben si están ante un peligro inmediato o un riesgo controlable. La distinción entre amianto friable y no friable no es un tecnicismo

Dos formas de un mismo peligro

Hablar de amianto es hablar de un enemigo silencioso que sigue presente en miles de edificios en España. Y aunque del amianto se han dicho muchas cosas, hay un detalle que marca una diferencia enorme en el nivel de riesgo: si es friable o no friable. Dos formas de un mismo material que pueden comportarse como una piedra sólida… o como arena fina que se cuela en cualquier rincón.

Muchos propietarios descubren materiales sospechosos durante reformas, pequeños arreglos o inspecciones rutinarias y no saben si están ante un peligro inmediato o un riesgo controlable. La distinción entre amianto friable y no friable no es un tecnicismo: determina cómo actuar, a qué velocidad y qué tipo de profesionales deben intervenir.

En esta guía te explicamos, con lenguaje claro y sin dramatismos innecesarios, qué significa cada tipo, dónde se encuentra, qué riesgos supone y cómo se debe retirar de forma segura. Porque en materia de amianto, la información es la primera barrera de protección.

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1. Definición y características clave

Amianto friable: composición y fragilidad

El amianto friable es aquel que puede desmenuzarse o pulverizarse con la mano, sin necesidad de herramientas. Es extremadamente ligero, se desprende con facilidad y, por tanto, libera fibras al aire de forma inmediata. Es el “polvo peligroso” que nadie quiere encontrar.

Se desmenuza con presión manual ligera

Esto significa que un pequeño roce, una vibración o incluso el paso del tiempo pueden ser suficientes para que las fibras se dispersen.

Amianto no friable: matriz cementosa sólida

Es el amianto mezclado con cemento u otros materiales que lo hacen compacto, como el fibrocemento clásico (la famosa uralita). En este estado, las fibras están “encerradas” y no se liberan… siempre que el material esté en buen estado.

Requiere herramientas para romperse

Si no se corta, agujerea, taladra o rompe, el riesgo es bajo. Pero al manipularlo, el peligro aumenta rápidamente.

2. Ejemplos comunes en edificios

Dónde encontrar amianto friable

El amianto friable suele esconderse en aquellos lugares donde se necesitaba aislamiento térmico o acústico y donde, lamentablemente, hoy permanece sin que nadie lo haya revisado en décadas. 

Un ejemplo muy típico lo encontramos en envolventes de tuberías antiguas, especialmente de calefacción, donde se aplicaba una especie de “yeso blando” que en su época parecía casi mágico: aislaba, protegía y duraba. 

El problema es que ese mismo aislamiento ahora se desmenuza como una magdalena vieja.

Aislamientos de tuberías y calderas

Si en tu edificio al abrir un falso techo aparece un recubrimiento blanquecino, con aspecto de algodón apelmazado o mortero suave, es bastante probable que estés ante amianto friable. 

También fue muy utilizado en salas de calderas antiguas, proyecciones ignífugas y techos ligeros de edificios de los años 60-80.

Dónde encontrar amianto no friable

Este es el más reconocible: el amianto no friable formaba parte de productos muy resistentes, especialmente los de fibrocemento. Es el que la mayoría de la gente llama “uralita”, aunque existían cientos de modelos y tamaños distintos. 

En buen estado, estas piezas son duras como piedra; en mal estado, pueden convertirse en un riesgo silencioso.

Uralitas y depósitos de agua

Algo habitual en España es encontrar amianto no friable en tejados ondulados, bajantes, canalizaciones externas, depósitos de agua en terrazas, jardineras y hasta en macetas antiguas. Si quieres aprender a identificarlo mejor, puedes revisar nuestro artículo anterior:
👉 ¿Cómo saber si una tubería tiene amianto?
https://avecan.es/como-saber-si-una-tuberia-tiene-amianto/

3. Niveles de riesgo comparados

Friable: alto riesgo de liberación de fibras

El amianto friable es el equivalente a tener arena fina dentro de casa: si pasa el más mínimo movimiento, se dispersa. Cualquier vibración, golpe, corriente de aire o deterioro natural puede provocar que libere fibras invisibles que permanecen suspendidas durante horas. 

Por eso, este tipo de amianto exige una respuesta rápida y profesional. No es que “pueda” liberar fibras… es que está diseñado para hacerlo fácilmente.

Fácil dispersión en el aire

Las fibras del amianto friable pueden viajar por pasillos, conductos y habitaciones sin que nadie note nada. No huele, no se ve, no pica. Y por eso es tan peligroso.

No friable: riesgo moderado cuando está intacto

El amianto no friable es mucho más estable: las fibras están encerradas en una estructura resistente, y mientras no se rompa, es como tener un tigre enjaulado… puede ser seguro, pero no conviene provocar nada. El problema aparece con los años: la humedad, el sol y los golpes pueden deteriorarlo lentamente hasta hacerlo frágil.

Peligro solo al cortar o taladrar

Cortar, lijar, taladrar o “arreglar un pedacito” puede convertir un material estable en una nube de polvo tóxico. Aquí es donde se suelen cometer errores por desconocimiento o exceso de confianza.

Dónde encontrar amianto friable

4. Métodos de retirada segura

Protocolo para amianto friable

Este tipo de retirada es la más estricta porque cualquier error puede contaminar una zona amplia. Se utilizan técnicas muy similares a las de control de contaminantes peligrosos: espacios cerrados, filtros especiales, medición de partículas y supervisión constante.

Cabinas de aislamiento y presión negativa

El área se envuelve literalmente con plásticos sellados, creando un espacio hermético. Allí dentro, máquinas especiales generan presión negativa para evitar que ninguna fibra salga. Es un proceso meticuloso que requiere formación y certificación.

Protocolo para amianto no friable

La retirada de amianto no friable es menos compleja pero sigue siendo un procedimiento técnico. Aquí el objetivo es evitar romper las piezas.

Humectación continua y herramientas especiales

El material se empapa con soluciones que fijan las fibras y se retira en bloques completos. Nada de cortar “para que salga mejor”. Esta técnica está regulada en España y es la única permitida.

5. Equipos de protección necesarios

EPI para friable: nivel máximo de protección

Los operarios que retiran amianto friable usan protección que podría confundirse con la de un laboratorio de alta bioseguridad. No es un exceso: es la única manera de garantizar que ninguna fibra llega a los pulmones.

Trajes herméticos y respiradores de presión positiva

Hablamos de cascos presurizados, trajes herméticos y cabinas de descontaminación. Aquí no sirve “una mascarilla buena”: se necesitan equipos avanzados.

EPI para no friable: protección nivel medio

Para materiales como uralita en buen estado, la protección sigue siendo muy estricta, aunque menos sofisticada.

Mascarillas FFP3 y trajes desechables

Las mascarillas FFP3 son obligatorias. Si quieres entender mejor por qué, te recomendamos nuestra guía sobre protección respiratoria:
👉 Guía completa: ¿Qué mascarilla se usa para el amianto en España?
https://avecan.es/que-mascarilla-se-usa-para-el-amianto-en-espana/

6. Gestión de residuos diferencial

Envasado de friable: doble bolsa y etiquetado

El amianto friable no puede quedarse en obra ni almacenarse. Se introduce en doble bolsa homologada, sellada y etiquetada con advertencias visibles. Todo debe hacerse paso a paso, sin improvisaciones.

Transporte especializado inmediato

Debe ser trasladado rápidamente a un vertedero autorizado mediante un gestor inscrito. Ningún vehículo particular ni contenedor municipal está permitido.

Envasado de no friable: plástico reforzado

El amianto no friable se envuelve con plástico grueso, bien sellado y etiquetado. Su manipulación sigue siendo delicada, pero menos estricta que la del friable.

Almacenamiento temporal permitido

En algunos casos, puede permanecer unas horas o días dentro de la obra, siempre señalizado, sin riesgo de liberación accidental.

Dónde encontrar amianto no friable

7. Costes de retirada comparativos

Retirada de friable: hasta 3 veces más costosa

Retirar amianto friable implica maquinaria avanzada, personal altamente especializado, medios de control ambiental, estudios previos y un protocolo muy complejo. Esto explica que su coste pueda multiplicar por dos o tres el de un amianto no friable.

Justificación por complejidad y riesgo

No se paga por “sacar un material”, sino por garantizar que no se contamina nada ni nadie en el proceso.

Retirada de no friable: presupuestos más accesibles

La retirada de bajantes, jardineras, depósitos o uralitas pequeñas (hasta 30 m²), que es precisamente la especialidad de Avecan, suele tener precios mucho más manejables.

Factores que influyen en el precio final

Acceso, altura, estado del material, superficie, necesidad de andamios o maquinaria, y nivel de urgencia.

Preguntas frecuentes sobre retirada segura

¿Se puede encapsular en lugar de retirar?

Sí, pero solo en materiales no friables que estén en perfectas condiciones. El encapsulado consiste en aplicar un fijador especial que sella las fibras. No es una solución eterna, pero puede ser útil en algunos casos.

Solo válido para no friable en buen estado

Encapsular amianto friable sería como intentar frenar una fuga de gas con cinta adhesiva: simplemente no funciona.

¿Qué hacer si descubro amianto en casa?

Lo primero es no tocar, no raspar y no intentar verificar por tu cuenta. Lo segundo es aislar la zona y reducir cualquier corriente de aire.

Protocolo de actuación inmediata

Llama a una empresa profesional inscrita en el RERA para la valoración y análisis. Improvisar puede convertir una sospecha en un problema real.

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Elige Mejores Profesionales de retirada de amianto: Llámanos.

El amianto no es un tema para tomárselo a la ligera, pero tampoco para entrar en pánico. Comprender la diferencia entre friable y no friable te permite saber si estás ante un riesgo controlable o un material que exige actuación urgente. En ambos casos, intentar manipularlo por tu cuenta es, literalmente, lo peor que puedes hacer.

En Avecan trabajamos cada día con ambos tipos de amianto: analizamos, retiramos y gestionamos residuos con protocolos certificados y total seguridad. Si crees que hay amianto en tu vivienda o edificio, podemos ayudarte a resolverlo con garantías desde el primer análisis hasta la retirada final.

📍 Calle Galileo, 3 nave 27 B. Leganés, Madrid
📞 634 319 036
📧 adm@avecan.es

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